Mi historia con My Pet Atelier

¡Hola! Gracias por llegar hasta aquí y tomarte unos minutos para conocer mi historia con My Pet Atelier. Comenzaré por presentarme: mi nombre es Melissa, soy de Ecuador, cinéfila y marketera digital de profesión.

A finales del 2019 me mudé a Madrid para estudiar mi máster y tener la experiencia de vivir en el exterior sola. Era una joven con mucha ilusión, con ganas de aprender cosas nuevas y llenar mi mochila de nuevas vivencias, hasta que todo se detuvo cuando llegó el COVID…. Las oportunidades disminuyeron, mi máster se aplazó más de lo previsto y mi vida se detuvo sin un rumbo cierto hacia donde ir. Apareció la ansiedad. De repente mi mente y mi cuerpo se comportaban de una forma distinta: ganas de llorar, taquicardia, sudoración, insomnio, la incertidumbre y el sentimiento de irme cayendo poco a poco a un pozo sin fondo. 

Fue una etapa muy dura, de solo recordarlo no puedo evitar quebrarme un poco. Por suerte, no todo fue gris ya que aparecieron dos ángeles maravillosos: Anthony (mi actual esposo) y Steffy (la perrita de mi corazón). Gracias a ellos, el pozo empezó hacerse pequeño y la vida empezó a sentirse como antes (el COVID también fue controlándose). Sin embargo, había algo que todavía convivía conmigo: la ansiedad. 

Para la navidad del 2021 se me ocurrió hacerle un regalo a Djack, el perrito de mi suegra. Pensé que sería un lindo detalle darle algo que pudiera usarlo en su día a día, algo hecho por MÍ. Quise probar hacer una camita a partir de unas toallas que teníamos sin usar en casa. Y así fue cómo me conecté con la costura, uní las piezas con costuras a mano y puse unos parches decorativos para hacerlo más bonito.
 
Cuando mi suegra me pasó fotos de la camita, siendo usada por Djack, me puse muy contenta: sabía que le había gustado y por la satisfacción de hacer algo desde el corazón. Admito que esos días de costura fueron distintos para mí: los pensamientos ansiosos se apagaron, mi cerebro había conectado con la costura y solo pensaba en una cosa: “debo terminar la cama de DJACK”, “voy a agregar algunas decoraciones”, “ahora compraré el relleno para hacerlo muy mullidito”. 


Cuando lo terminé de coser me quedé con la sensación de querer hacer más, de descubrir hasta dónde era capaz de crear con mis manos. Hasta ese entonces, tenía una percepción personal de no ser muy hábil con las manualidades, que la costura sería de las últimos hobbies que iba a probar en mi vida. Simplemente no me creía capaz. Por suerte, no hice caso a esas falsas percepciones y Anthony tampoco. Para Navidad, él me regalo una pequeña máquina de coser, de esas que solo puedes hacer una puntada. Recuerdo muy bien sus palabras cuando me la dio: “para que sigas descubriendo la costura”. 

Y así fue el comienzo de la costura en mi vida. Día tras día dedicaba horas y horas a dominar esa pequeña máquina, a estudiar sobre hilos, tipos de tejidos, tensión del hilo, etc. Mi modelo era mi Steffy, comencé cosiendo unas bandanas para ella hasta que poco a poco fui dominando esa pequeña máquina. Llegó un día en que me sentí lista para pasar a una máquina de coser familiar, así que compré una por Wallapop a una dulce señora que vivía en el barrio Salamanca de Madrid. 

El inicio de My Pet Atelier

 
Lo que sucedió después fue un sin parar, un aprendizaje intensivo. Estaba obsesionada con aprender más y hacer proyectos cada vez más difíciles. Pasaba horas viendo tutoriales en YouTube y visitando tiendas de telas en Madrid para comprar más estampados y hacer más bandanas para perritos. Creé My Pet Atelier, abrí mi página en Instagram y una tienda en Etsy donde expuse mis primeras bandanas sin tener la más mínima idea de que esos serían mis primeros pasos como emprendedora.
 
También me apunté a la ONG Acción 2030 que organizaba mercadillos en la zona de Ciudad Lineal en Madrid, como parte de su programa de apoyo mujeres emprendedoras, y durante los años del 2023 y 2024 participé en sus mercadillos. Conocí historias maravillosas de otras compañeras emprendedoras que compartíamos las mismas ganas e ilusión de ver nuestros emprendimientos artesanales crecer. 


Para ese entonces mi catálogo de productos creció, pasó de bandanas a ofrecer dispensadores de bolsas, portadocumentos, camitas enrrollables, monederos, etc. Tampoco estaba limitada solamente a la costura, me había sumergido también en el maravilloso mundo de la personalización a través de CRICUT y las ideas fueron aclarándose hacia un mismo objetivo: para el 2025 tenía que abrir mi Shopify, tenía que dar ese salto de hobby a emprendimiento formal. 

Y aquí estoy, muy ilusionada y feliz, disfrutando de esta experiencia. Escribiendo estas líneas para ti, que has visitado mi página y que has echado un vistazo mis productos. Quisiera despedirme compartiéndote dos aprendizajes maravillosos que me ha regalado My Pet Atelier: 

1.- Jamás te digas a ti mismo/a que no eres capaz de hacer algo, te sorprenderás de todo lo que tus manos pueden hacer. 
2.- Sé fiel a tus ideas y sueños, y esfuérzate para conseguirlos. Seguro te encontrarás con otras personas en tu camino que te acompañarán.  

¡Gracias por llegar hasta aquí! Si quieres apoyar mi emprendimiento, solo basta con que me sigas en Instagram o me menciones a tus amigos :), me harías un favor maravilloso. 

¡Que tengas un hermoso día!